Queratocono frustro o subclínico

 

Cuando hablamos de queratocono frustro o subclínico nos estamos refiriendo a la presencia de datos topográficos anormales, sugestivos de queratocono, indicaría la presencia de una debilidad estructural y una posible predisposición a desarrollar un queratocono. Puede tener una base hereditaria.

Amsler, en 1938 fue el primero en acuñar el término queratocono Frustre (queratocono primitivo), al observar pequeñas distorsiones de la superficie corneal, que evolucionaron a queratocono clínico tras seguimiento.

El queratocono frustro también se le conoce como queratocono de baja expresión, subclínico, sutil, incipiente o frustre. Normalmente, no evoluciona y se mantiene estable por un periodo de aproximadamente diez años pero puede presentar un cambio brusco en la curvatura corneal, que se evidencia al presentar disminución de la agudeza visual.

La detección precoz de esta enfermedad ha adquirido relevancia en los últimos años gracias a los estudios preoperatorios para cirugía refractiva. Gracias a ellos se pueden confirmar, descartar o definir diagnósticos que permiten un manejo clínico apropiado, así como predecir una evolución y conducta de seguimiento de la condición clínica.

Los pacientes que presentan queratocono frustro o sospecha de queratocono pueden no desarrollar nunca la enfermedad de ahí la importancia de hacer un seguimiento anual para detectar cualquier cambio en la superficie corneal.

Teniendo en cuenta que el queratocono puede poseer elevación posterior de la córnea como manifestación temprana, es muy importante que se realice periódicamente un análisis de la curvatura posterior de la córnea para detectar una posible protuberancia.

 

Imagen relacionada

Elevación de la cara posterior en queratocono frustro

 

El queratocono frustro o subclínico solamente puede ser diagnosticado mediante topografía corneal. Un factor de riesgo a tener en cuenta tras realizar esta prueba sería presentar curvaturas corneales altas.

Es por tanto muy importante realizar una revisión periódica para prevenir esta condición. En primera instancia, enfocada hacia los familiares cercanos (hermanos o hijos), informando sobre la posibilidad de que ellos puedan llegar a tener esta alteración en la córnea.